Hace tiempo, alrededor del año 3500 a.C., en Egipto y en otros diversos lugares los juegos de azar eran practicados con objetos de hueso, se dice que estos fueron los predecesores de lo dados, a partir de este hecho se le empezó a dar importancia a las probabilidades.
Inicialmente las probabilidades numéricas para ciertas combinaciones de dados fueron calculadas por Giordamo Cardano y Galileo Galilei en los años 1500, pero fue solo hasta el siglo XVII cuando el francés Antoine Gombauld (1607-1484) se interesó en la teoría de las probabilidades y formuló preguntas a Blaise Pascal tales como: “¿Cuáles son las probabilidades de que salgan dos seises por lo menos una vez en veinticuatro lanzamientos de un par de dados?”, en respuesta a esto Pascal aceptó resolver el problema mientras que Gombauld desarrollaba sus teorías y dio a luz el fundamento matemático del éxito y del fracaso en las mesas de juegos.
En el siglo XIX, Pierre Simón unificó las fórmulas y técnicas de probabilidad desarrolladas por Jacob Bernoulli, Abraham de Moivre y el reverendo Thomas Bayes, formulando así la primera teoría general de la probabilidad, la cual se implementó inicialmente a los juegos de azar. A partir de este hecho la teoría de la probabilidad ha sido desarrollada a lo largo del siglo XVII, siendo aplicada a diversos campos tales como la ingeniería, administración, entre otros.
Luego de haber sido desarrolladas teorías de probabilidad, en la década de los cuarenta surgen los números aleatorios y pueden ser nombrados pioneros Jon Von Neumann, Metropolis, Ulam y Lehmer. Esta inició con el método llamado Simulación de Montecarlo la cual originalmente fue implementada por Neumann y Ulam, utilizando ruletas y dados, a partir de esta teoría, hoy en día, se emplean los números aleatorios generados por computador los cuales inicialemente eran generados por dispositivos físicos, pero gracias avances que ha habido a través del tiempo es posible generar u obtener números aleatorios por otros medios, ejemplo de esto se encuentra la publicación de Kendall y Babington-Smith en 1939 de 100.000 dígitos aleatorios obtenidos con un disco giratorio iluminados con una lámpara relámpago , o la de Rand Corporation en 1955 que superó esta publicación con un millón de dígitos producidos controlando una fuente de pulsos de frecuencia aleatoria.